miércoles, 9 de diciembre de 2020

Amelia Wilhelmy

 

(La de Juan Mariguano fue una de las caracterizaciones más celebradas de Amelia Wilhelmy)

Su carrera inició en las carpas durante los años veinte y, al poco tiempo, llegó a infinidad de escenarios importantes, primero como variedad en las salas de cine y luego como actriz.

Primogénita de la actriz Refugio Juárez y del tenor cómico Adolfo M. Wilhelmy, nació en Mazatlán, Sinaloa, el 29 de mayo de 1901, durante una gira realizada por sus padres en el noroeste de la República.

A los seis años de edad debutó en el Teatro Escobedo de Guaymas, Sonora, como integrante de la compañía de zarzuela "Arcadio Mendoza Negrón".

Su encomienda no fue fácil, ya que hizo una imitación de Emilia Trujillo "La Trujis", frente a la propia tiple cómica.

Luego de sortear aventuras y desventuras románticas con el director de orquesta Juan Antonio Pérez -con quien procreó a su primogénito Luis- y con el actor cómico José Muñoz Reyes "Chupamirto" -padre de sus hijos Refugio y Luis Armando-, la actriz fue descubierta en 1928 por Roberto "Panzón" Soto en el salón Rívoli, interpretando personajes de "peladas" o borrachitas.

Al preguntársele por esos días si había surgido de teatrillos o carpas, ella respondió: "No. Hacía mucho que tiempo que ya no trabajo en esos lugares. No obstante, ¡cuidado, va usted a creer que yo reniego de ellos! No, señor. Toda mi vida de arte la he pasado en las carpas de los suburbios. Ahí me he formado. Me he ido superando poco a poco, hasta donde me ha sido posible. Me he dado a conocer a públicos que, a pesar de su humanidad, son a veces más comprensivos que otros aparentemente más selectos. Por eso, pues, a nadie oculto ni ocultaré nunca que empecé a adquirir mi personalidad en las carpas".

El 3 de febrero de 1928 debutó exitosamente en la revista Así se gobierna, interpretada por la compañía de "El Panzón" Soto en el Teatro María Guerrero. Ahí interpretó por primera vez a su Juan Mariguano, personaje complementario de Doña Grifa, popularizado ocho años antes por Guadalupe Rivas Cacho.

"Ésta es la caracterización que ha gustado quizá más al público. ¿Por qué? Es muy sencillo: yo he estudiado profundamente a estos juanes desventurados, que aprovechan los asuetos del cuartel, visitan, a escondidas de sus superiores, las cantinas y las pulquerías de las barriadas de México. Y ya ebrios hablan de sus campañas militares. Sus fantásticos triunfos. Su arrojado valor y heroísmo. Y todo esto salpicado con las citas de algunos jefes: mi general Villa..., mi general Diéguez..., mi general Obregón [...]".

(Junto con Delia Magaña -La Tostada- fue La Guayaba)

Destruyendo el pasado

En octubre de 1936 siendo figura de primera línea, participó en la inauguración del Follies Bergere al lado de Mario Moreno "Cantinflas", Manuel Medel y Rosita Fornés.

El controvertido cineasta gallego Juan Orol fue el primero que le encomendó un rol cinematográfico en El derecho y el deber (1937), donde interpretó a "Checa".

Ese mismo año intervino en ¡Así es mi tierra! (1937), de Arcady Boytler, alternando con "Cantinflas" y Medel, pero se le recuerda más por su trabajo en Caminos de ayer (La mano de Dios, 1938), dirigida por el hispano Quirico Michelena. Encarnó a "La Chispa", gracioso personaje que baila repegado con Eusebio Torres "Don Catarino".

Al cabo de representar con éxito en la revista La segunda conquista (1939), al lado de Cantinflas, Amelia Wilhelmy se sobrepuso a sus enfermedades para intervenir en La abuelita (1942), de Raphael J. Sevilla, además de realizar temporadas en los Teatros Colonial, Follies Bergere y Lírico.

Los cuarenta fueron años sumamente productivos para su carrera fílmica. Participó en El capitán Malacara (1944), de Carlos Orellana, y ¡Qué verde era mi padre! (1945), de Ismael Rodríguez. Eso le reportó diversos elogios, como el del periodista José María Sánchez García quien, en septiembre de 1947, escribe que entre las "artistas mexicanas del género cómico-vernáculo, figura a la cabeza Amelia Wilhelmy, que ha conquistado aplausos a granel en los escenarios de toda la República, y que los sigue conquistando, sin que le haga sombra ninguna artista más joven y más atractiva que cultive el mismo género".

Ese periodo lo completó con Nosotros los pobres (1947), y secuela Ustedes los ricos (1948) -donde encarnó a la simpática teporocha "La Guayaba", pareja del "Planillas" (Ricardo Camacho) e inseparable compañera de "La Tostada" (Delia Magaña)-, además de No desearás la mujer de tu hijo (1949), y en su continuación La oveja negra (1949).

También actuó en Cabaret Shangai (1949), e Infierno de los pobres (1950), ambas de Juan Orol, y A.T.M. (A toda máquina, 1951), donde interpreta a una rechoncha conductora de diminutivo automóvil, bajo la dirección de Ismael Rodríguez.

Cuando trabajó en este último proyecto se encontraba aquejada de hemiplejía, enfermedad que la mantuvo postrada en una silla de ruedas durante sus últimos años de vida.

Para colmo, un día, al sufrir un ataque de nervios, destruyó sus recuerdos más preciados, quizá para olvidarse de que su existencia transcurrió exitosamente. Murió en 1964.

(Tomado de: Ceballos, Edgar - Somos Uno, especial de colección, Las reinas de la risa. Año 12, núm. 216. Editorial Eres, S.A. de C.V., México, D.F., 2002)

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