lunes, 17 de octubre de 2022

Selección Nacional; Y salimos al mundo; Amsterdam 1928

 


México había sorteado con éxito su primera aventura como selección. Los dos triunfos y el empate ante Guatemala eran tan sólo el primer paso; el siguiente peldaño era la salida al mundo para mostrar en otras partes de qué estaba hecho el futbolista mexicano.

En 1927 llegaron a nuestro país grandes equipos internacionales como el Colo-Colo de Chile, el Nacional de Montevideo (que era en realidad la Selección Uuguaya ganadora de la Olimpiada de 1924) y el Real Madrid de España, tres potencias mundiales. Aun cuando las goleadas a los conjuntos locales fueron estrepitosas, algo verían los directivos mexicanos que decidieron inscribir a nuestro país en la Olimpiada de Amsterdam 1928.

Nuevamente, como ocurrió en 1923, la mayoría de los integrantes de la Selección Mexicana provenían del club América, que estaba consagrado como el mejor equipo de la capital. Los convocados fueron: Nacho de la Garza y Óscar Bonfiglio; Emmanuel "Caballo" Guevara, Rafael Garza Gutiérrez "Récord"; Agustín Ojeda y Hesiquio Cerrilla; Nieves Hernández Pedro Suinaga, Luis "Oso" Cerrilla y Fernando Rojas, "Patadura"; Juan Terrazas, Juan"El Trompito" Carreño, Ernesto Sota, Adeodato López, Benito Contreras, Carlos Garcés y Dionisio"Nicho" Mejía. Como delegado de la Federación Mexicana de Futbol iba Jesús Salgado, uno de los directivos más importantes de aquella época, y como entrenador, el preparador físico Alfonso Rojo de la Vega, aunque todos sabían que el verdadero entrenador era "Récord". 

El viaje a Holanda fue muy accidentado. Se partió en ferrocarril y en barco rumbo a los Estados Unidos; una vez en Nueva York, se abordó el vapor Majestic. El recorrí duró casi un mes y se prohibió entrenar en el barco, por lo que cuando arribaron a Amsterdam, los jugadores estaban totalmente fuera de forma.

La Selección Mexicana tenía que enfrentar en el estadio Oude a la mítica España, la llamada "Furia Roja". El ganador del encuentro pasaría directamente a cuartos de final y el perdedor quedaría eliminado de la Olimpiada. La delantera española, comandada por el gran corzo Luis Regueiro (quien después jugaría y radicaría en México) era un verdadero trabuco. Corría el minuto 36 y nuestro país ya se encontraba en la lona por las tres anotaciones de Regueiro, "Kiriki" y Marculeta. Para el segundo tiempo,  la Selección Mexicana salió con ánimos, pero ante los embates ibéricos, no le quedaba más que defender. Con goles de Yermo Regueiro y Mariscal, España se puso adelante 6-0.

En un tiro de esquina, a nueve minutos del final del encuentro, México por fin logra el tanto del honor: Carlos Garcés cobra el tiro y el guardameta Jáuregui lo rechaza en corto para que lo tome Sota, quien dispara sobre el marco. Nuevamente Jáuregui rechaza, pero "El Trompito" Carreño para de pierna derecha y saca un obús tremendo para batir a los españoles. El gol fue celebrado como si se hubiera conseguido la medalla de oro. Minutos después, Yermo anotaría de nueva cuenta para poner el 7-1 definitivo.

El 5 de junio se perdió por 3-1 un partido de consolación frente a Chile. Antes de regresar al continente americano, la Selección emprendió su primera gira de 12 partidos amistosos contra cuadros de Holanda, Bélgica, Suiza y Alemania. Hubo derrotas y empates, pero también dos triunfos: 2-1 contra el Utrech V.V. de Holanda y 3-2 contra el Urmanía de Alemania.  México concluía así su primera incursión al mundo futbolístico. El aprendizaje apenas empezaba.


(Tomado de: Calderón Cardoso, Carlos - La Selección Nacional. I. Con el orgullo a media cancha (1923-1970). Editorial Clío, Libros y Videos, S.A. de C.V., México, 2000)

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