¡Aguas con los guaruras!
El supuesto origen de la entrada de la voz guarura al español hablado en México es anecdótico y yo aquí lo asiento tal cual me lo contaron, ya como versión de tercer oído que no de segunda mano; pero el caso es verosímil y, por mi parte, lo supongo certísimo, dada la improbabilidad de que el gracioso vocablo haya llegado al habla nuestra de manera diferente.
Parece que en tiempos de la administración del licenciado Díaz Ordaz, aunque hay quien remonta el hecho a los de la de López Mateos, hubo de hacer el Presidente una visita a las comunidades tarahumaras (dicen que tarahumara significa, en la propia lengua, "el que corre a pie"), allá por los norteños estados de Durango y Chihuahua.
El régimen social de la etnia tarahumara es nuclearmente familiar, y sus comunidades tienen representación en una especie de senado, un consejo de ancianos entre los que se escoge a un "gobernador”.
Por su dignidad, a estos senadores se les llama "grandes". "Grande" en Tarahumara se dice wa'rú, y al "gobernador", el "mayor" o "más grande" entre ellos, se le designa wa'rura o wa'rubera.
El doctor Fructuoso Yrigoyen Rascón, coordinador del Centro de estudios regionales de la Universidad Autónoma de Chihuahua, tuvo la gentileza de comunicarme lo siguiente:
“Se dice comúnmente en tarahumara: wa'rura presidente, "el gran presidente", wu'arura siríame, 'el gobernador mayor'; wa'arura kapitano, 'el capitán mayor', o wa'rura tatabispa, 'el gran señor obispo', lo que implica que hay otras personas que ostentan el mismo título, por ejemplo un presidente municipal, un siríame segundo, etcétera.
"Por otra parte, el calificativo wa'rura se emplea preferentemente para denotar la grandeza, o altura, moral más que física.
“La ge inicial con que se suele transcribir la palabra -en realidad un ua diptongado- representa más o menos lo mismo que la de escribir huevo con ge y diéresis (güevo), pero es aceptable porque recuerda el sonido original. El apóstrofo colocado después de la primera sílaba indica un saltillo, esto es, una interrupción equivalente al tiempo de emisión de una letra.
“El -ra final es una partícula que se añade a wa'rú para dar al adjetivo el carácter superlativo, 'el más’.”
Pues bien -y va de anécdota, que no de cuento- cuando el Presidente llegó al poblado de los tarahumaras, el grupo de "gobernadores" de éstos se adelantó a presentarle sus respetos, y el siríame mayor le dijo algo como "Sed bienvenidos, tú y los demás wa'ruras que te acompañan." Lo que no sabía el wa'rura siríame es que al mandatario nacional, en ese momento, lo acompañaban, no los miembros de su comitiva, sino los de su escolta personal, o sea, en términos llanos, sus guardaespaldas.
A raíz de este suceso -se dice-, primero entre quienes pudieron enterarse por los testigos presenciales, y, después, entre el vulgo, corrió la voz con buena fortuna, por lo que se difundió el término guarura -escrito así, con g y u- como sinónimo de guardaespaldas y, por extensión, de matón perdonavidas.
(Tomado de: Coen, Arrigo - Para saber lo que se dice I. Editorial Domés, S. A., México, Distrito Federal, 1986)
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