José Antonio de Alzate
Nació en Otumba, Estado de México, en 1737; murió en la
Ciudad de México en 1799. Estaba emparentado con Sor Juana Inés de la Cruz en
cuarta generación y fue ascendiente de Pío Baroja, también en cuarto grado. Se
graduó de bachiller en teología en el Colegio de San Ildefonso y fue ordenado
presbítero hacia 1756. Desde muy joven mostró una decidida inclinación por las
ciencias y dedicó toda su actividad a la física, las matemáticas, la astronomía
y las ciencias naturales, no sólo en el terreno especulativo, sino también en
la aplicación práctica de esas ramas a la industria y la agricultura. Formó una
vasta biblioteca, reunió colecciones de historia natural y objetos
arqueológicos y montó un gabinete de observaciones físicas y astronómicas que
para su época era muy completo y moderno. No quiso quedarse encerrado en su
laboratorio y realizó exploraciones en campos agrícolas y zonas arqueológicas,
como la de Xochicalco, cuyas ruinas estudió y describió minuciosamente. Realizó una ascensión al Iztaccíhuatl para
hacer observaciones científicas. Sufrió muchos contratiempos y tuvo no pocos
adversarios. Su pensamiento filosófico y científico avanzado y su inclinación a
la sátira lo mantuvieron en constante polémica y le crearon enemigos. El mismo
refirió cómo sus experimentos sobre electricidad y sus intentos de construir un
pararrayos dañaron su salud y pusieron en peligro su vida. Un incendio destruyó
su observatorio astronómico y buena parte de sus instrumentos científicos y de
sus escritos. En marzo de 1768 inició la publicación semanal del Diario literario de México. Recibió en
vida honores y distinciones de las autoridades virreinales y de corporaciones
extranjeras, entre las cuales estuvo la designación como miembro
correspondiente de la Academia de Ciencias de París, entidad que tradujo y
publicó algunos de sus escritos. El homenaje más permanente a su memoria fue la
fundación, en 1884, de la Sociedad Científica Antonio Alzate, convertida en
1935 en la Academia Nacional de Ciencias de México.
Para divulgar las novedades científicas y dar a conocer sus
propios trabajos, así como para polemizar con sus adversarios, Alzate editó el Diario (1768-1772) y luego las Observaciones sobre la Física, Historia
Natural y Artes Útiles, llamadas después Gazetas de Literatura, que aparecieron de 1788 a 1795. De sus obras
impresas y sus manuscritos conocidos, cabe mencionar, como muestra de la
diversidad de asuntos de que trató: Observaciones
meteorológicas (1769), Disertación
astronómica sobre el eclipse de luna
observado en México el 12 de diciembre de 1769 (1770), Método de sembrar, trasplantar, podar y sacar fruto de las moreras para
la cría de gusanos de seda (1793), Memoria
sobre el insecto grana o cochinilla, con estampas (1777), Carta geográfica de la Nueva España
estampada den París, y publicada allí de orden de la academia de ciencias, Dictamen al superior gobierno de México
sobre la construcción del nuevo molino de pólvora (Mms. De 1778), Ensayo sobre la siembra y cultivo del lino y
del cáñamo en la Nueva España (Mns. De 1778), y Memoria… sobre el uso del álcali volátil para desvanecer el gas
mefítico en las minas (Mns. De 1777). De todo lo que escribió Alzate, lo
más conocido y lo que quizás tenga mayor vigencia son las 236 notas sobre la Historia Antigua de México de Francisco
Javier Clavijero. La Universidad Nacional Autónoma de México publicó en 1964 un
ensayo de Bernabé Navarro sobre sus ideas, denominado La cima de la Ilustración: Alzate (Cultura mexicana moderna en el
siglo XVIII). El tomo 21 de las Memorias de la Sociedad Científica Antonio
Alzate contiene un elogio del hombre de ciencia, por Agustín Aragón.
(Tomado de: Enciclopedia de México)
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