jueves, 27 de septiembre de 2018

Carlos Pellicer




Carlos Pellicer




(Villahermosa, Tabasco, 4 de noviembre de 1899 - Ciudad de México; 16 de febrero de 1977)


Secretario de José Vasconcelos, viajó con él por Sudamérica, Europa y el Cercano Oriente.

Fue maestro de letras e historia y director del Departamento de Bellas Artes. Cumplió una admirable tarea como museólogo (el Parque de la Venta y el Anahuacalli de Diego Rivera, para citar dos ejemplos). Fue académico de la Lengua. En 1964 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura. Al año siguiente fue electo en la reunión de Génova Presidente de la Comunidad Latinoamericana de Escritores.

Si López Velarde y Tablada inician nuestra poesía contemporánea, Carlos Pellicer es el primer poeta realmente moderno que se da en México. No insurge contra el Modernismo: lo incorpora a la vanguardia, toma de esta y otras corrientes aquello útil para decir lo que quiere decir. Cuando muchos de los “Contemporáneos “ exploraban los desiertos de la conciencia, Pellicer redescubrió la hermosura del mundo: el sol que arde sobre los ríos vegetales del trópico, el mar que a cada instante llega por vez primera a la playa. Sus palabras quieren reordenar la creación. Y en ese “trópico entrañable” los elementos se concilian: la tierra, el aire, el agua, el fuego le permiten mirar “en carne viva la belleza de Dios”. Mágica y en continua metamorfosis, su poesía no es razonamiento ni prédica: es canto. Gran poeta, Pellicer nos enseñó a mirar el mundo con otros ojos y al hacerlo modificó la poesía mexicana. Su obra, toda una poesía con su pluralidad de géneros, se resuelve en una luminosa metáfora, en una interminable alabanza del mundo: Pellicer es el mismo de principio a fin.

Libros de poesía:

Material poético 1918-1961 (1962) [contiene: Colores en el mar y otros poemas, Piedra de sacrificios, 6, 7 poemas, Hora y 20, Camino, Hora de junio, Exágonos, Recinto y otras imágenes, Subordinaciones, Práctica de vuelo y Poemas no coleccionados].

Con palabras y fuego (1963).

Teotihuacán, y 13 de agosto: ruina de Tenochtitlan (1965).

(Tomado de: Octavio Paz, Alí Chumacero, et al: Poesía en Movimiento, II)






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