lunes, 6 de octubre de 2025

La corona de muchas cabezas: Chiapas

 


La corona de muchas cabezas: Chiapas 

Sus puntas son tan exactas que simulan el perfecto corte de un diamante. Desde luego, no están hechas con el mismo material ni pulidas como las de una piedra preciosa. Son más pesadas, más toscas, con muchos kilos más. 

Son kilos de ladrillos finamente tallados por los cuatro lados, como si fueran pequeñas pirámides vistas de frente. 

Pero se trata de una corona, la más grande del mundo. Un monumento de 30 metros de circunferencia por 15 de altura. Una corona que no cabe en la cabeza de un ser humano sino en la de muchos. Sí, en la cabeza de casi todos los habitantes de un lindo y pintoresco pueblo del estado de Chiapas llamado Chiapa de Corzo

Todo empezó en el año 1562 [¿?], cuando el fraile dominico Rodrigo de León decidió construir una obra grandiosa inspirada en el estilo mudéjar de los edificios árabes y en la forma de la corona del rey de Aragón, España. 

Es una magnífica obra arquitectónica que representa -según Romero de Terreros- lo que fue la Real Corona Española de los reyes católicos Isabel y Fernando. Una réplica rodeada de almenas que da a su vez la altivez de una reina. 

Fray Rodrigo de León nunca vio realizada su obra y tampoco se supo por qué no la terminó. Fue un arquitecto anónimo quien se hizo cargo del proyecto que terminó en el año 1562.

La obra tiene una combinación mágica, rebuscada y elegante a la vez. Es una construcción empalagosa, quizá demasiado lujosa, pero una obra de arte inalterable a pesar del tiempo. Una corona de más de cuatro siglos de antigüedad, centro de atracción del parque Albino Corzo, y orgullo de todos los habitantes de la población de Chiapa de Corzo. 

Los ladrillos fueron apilados como si se tratara de un pastel. La parte superior, que es un octágono, cupo como un rompecabezas exactamente dentro del otro octágono que es la base de dicha construcción, la base de la corona. 

Joya única en su clase, una combinación de arcos que parecen entretejidos, sostenidos por gruesas columnas paralelas, grandiosas. 

Orgullosa de su forma se eleva su cúpula, para seguir siendo testigo de la voz del pueblo, del jugar de los niños o de aquellos que se sientan a platicar y recordar. Una cúpula que resguarda la pila bautismal que alguna vez perdió el agua y con el tiempo dejó de funcionar, y que más tarde despertó de su letargo para dar agua y adornar la pila de Chiapa de Corzo. 

Una corona única, digna de un pueblo talentoso y trabajador y digna de aquellos que llegan a visitar y admirar la belleza de este pueblo, Chiapa de Corzo.


(Tomado de: Sendel, Virginia - México Mágico. Editorial Diana, S.A. de C.V., México, D.F., 1991)

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