lunes, 8 de junio de 2020

Levantamiento guerrillero en Chiapas IV

El Boletín número 1, con fecha de 2 de enero de 1994, documenta lo poco preparada para comunicar acontecimientos de guerra que estaba la oficina de comunicación social de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Varios pasos atrás de lo que había mostrado ya la televisión, tanto nacional como internacional, los militares pusieron título (contra las más elementales reglas al respecto) al comunicado: 
"Grupo de agresores asalta campo militar en Chiapas".
Su manejo, tan deficiente en lo informativo, asienta sin embargo la manera en que los soldados entraron a la guerra. Al menos en lo oficial: "se ordenó que el personal militar jurisdiccionado a la VII Región Militar permanecieran en el interior de sus instalaciones esperando un posible diálogo a cargo del gobierno estatal, que permitiera que los integrantes de los grupos agresores armados retornaran a la legalidad". (sic).
En otros párrafos se afirma que a partir de las siete de la mañana de ese día, lunes, "efectivos no precisados" cercaron y asaltaron el campo militar sede de la 31a. Zona Militar.
Informa, asimismo, que a las 13:00 horas de ese día, continuaba la agresión "por parte de grupos armados". Y el fantasma de Tlalixcoyan apareció, en sus boletines por primera vez: "Se procedió a convocar al agente del Ministerio Público Federal con el fin de dar de de los hechos en cuanto esto sea posible". (sic).
En esa misma fecha, como continuación de telenovela mexicana donde todo transcurre con desesperante lentitud, un segundo boletín se tituló: "El ejército repele a los agresores de la zona militar de San Cristóbal de las Casas" 
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Aquí hay muchas versiones encontradas y contradictorias.
La verdad es que efectivos militares recibieron la orden de actuar, es decir, de comenzar el operativo militar, de responder a la declaración de guerra con las armas, en la madrugada del día dos de enero. Es decir, 24 horas, tiempo largo y contrario a cualquier estrategia militar, después de que el EZLN había ocupado las ciudades de San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Las Margaritas, Altamirano y Chanal. A Comitán, que quedó en medio del fuego cruzado, no la invadieron por problemas de comunicación internos, según admitieron sus voceros semanas después.
Así grupos de comando militar, conocidos como la "GAFE", que se traduce en algo así como Grupo Aéreo de Fuerzas Especiales que están, en el organigrama castrense, bajo la orden directa del titular de la Sedena, entraron a la población de San Cristóbal de las Casas al clarear el día dos.
No hubo resistencia.
Los guerrilleros, con todo y el Subcomandante Marcos -ya famoso en todo el mundo- se retiraron rumbo a la zona militar de Rancho Nuevo donde intensificaron el ataque de sus compañeros, al tiempo que se escondían en las proximidades, sobre todo en la población cercana de El Corralito.
Las bajas de las fuerzas armadas fueron muchas, demasiadas pese a la falta de costumbre del combate, para lo que era esperado por el alto mando. Sólo de una compañía que llegaba procedente de Tlaxcala, los guerrilleros mataron a 14 soldados, igualmente fue muerto en batalla un teniente coronel (se desconoce el nombre porque no ha sido reconocida oficialmente su muerte) que era el segundo comandante, es decir, el segundo jefe en importancia del 24° Regimiento de Caballería con sede en Comitán, cuyos efectivos llegaron a colaborar en la defensa del cuartel militar de Rancho Nuevo.
A partir del primer combate, y hasta el cese al fuego el día 12 de enero, en esa zona de Chiapas se sucederían los tiroteos, las batallas más continuas entre el Ejército y los "transgresores". Casi cada noche el ruido de mortero fue rutinario.

(Tomado de: Arvide, Isabel - Crónica de una guerra anunciada. Grupo Editorial Siete, S.A. de C.V. México, 1994)

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