En el conjuro para echar el sueño afirman que el encantado queda
tal, que de ninguna manera despierta, aunque hagan de él cuanto quisieren, y si
lo han experimentado como lo certifican es cierto que es expresa obra del
demonio, en especial siendo como siempre es dirigido a alguna obra mortal, como
hurto o adulterio; las palabras que usan son:
Nomatca nehuatl
ninoyoalitoatzin, inic nehuatl, inic chicnauhtopa, iniquax tlaxihualhuin in
temicxoch, iniquac inic nicanato in nohueltiuh chicnauhtopa. Nitlamacazqui in
nohueltiuh xochiquetzal, inic zenca quipiaya in tlamacazque, in mochintin in
quahuilli in occelome (sic) in ayhehuel (¿) calaquia; inic nictzatzili in
cochiztli, inic chicnauhmictran yáque; inic nehuatl nixolotl, nicapani tli in
(sic) zan tlalhuiz nouyan nitzatzi.
Tla xihuallauh
tlamacazqui ze tecpatl, tla xoconmatiti in nohueltiuh, inic ámo nech-elehuizque
yehuantin ixquichtin ioquichtihuan, ámo nech-elehuizque inic ye nic-huicaz in
chicnauhmictlan, in oncannic-huicaz tlalli innepantla, inic oncan nic-macatiuh
in moyohuallitoatzin, inic naucan nic-cuepaz, inic ámo quimatiz nehuatl
niyaotl, ninoquequeloatzin, inic ye nic-áahuiltiz, inic ye niquincuepaz,
niquinmicacuepaz in niyaotl, ninoquequeloatzin, inic ye niquinmacaz, inic ye
huallahuanizque.
(Yo mismo cuyo nombre
es tinieblas, para que yo para que de nueve partes para entonces ven ya sueño
encantador, para cuando fui a traer a mi hermana nueve veces. Yo, sacerdote, (o
demonio, fábula de la antigüedad) cuya hermana es la diosa Xochiquetzal, aunque
mucho la guardaban los sacerdotes y el resto del pueblo, el príncipe y los más
poderosos, con que era imposible entrar, para lo cual invoqué a voces al sueño,
y con eso se fueron todos a los nueve profundos (i. las guardas quedaron
dormidas profundamente).
Porque soy yo el mancebo, yo a quien crujen las coyunturas,
y que disparatadamente grito a todas partes. Ea, ya ven, sacerdote o demonio un
pedernal, ve a saber si duerme ya mi hermana, que ya voy a sacarla para que no
cudicien a mi mancebo, para que no me cudicie ninguno de sus hermanos, para que
no me cudicien cuando ya la lleve a los nueve profundos, ya que he de llevar al
centro de la tierra y es para entregarla allí a las tinieblas (i. el sueño)
para que aunque la vuelva por cuatro partes, no siente yo que soy la misma
guerra, para quien todo es burla, y que ya dispongo burlas de todos,
convirtiéndolos en otros, haciéndoles quedar insensibles, yo que soy la misma
guerra, burlador de todos, que los quiero ya entregar para que queden borrachos perdidos en (o) de
tinieblas (i.) de sueño.)
Con estas palabras afirman no sólo que los conjurados quedan
dormidos, sino aun parecen insensibles, y así hacen de ellos cuanto se les
antoja, cargándolos y llevándolos a otras partes.
También afirman que no despertarán si no los desencantan, y para
el desencanto usan de otras palabras en que significan que lo que dijeron en el
primer encanto no fue verdad, sino apariencia, y que lo que afirmaban como
perpetuo, era sólo temporal; las palabras son las siguientes:
Inic niquinmanatiuh
tlalli ynepantla, ynic nauhcampa yn ámo nelli yn no niquincuepa, yn ámo cochia,
yn ámo oyáca vhiucnauhmictlan, yn ámo nelli oquinhuicac yn moyohualytoatzin. Ea
(sic) ye niquincuepa yn yéhuatl yn temicxoch, yn nehuatl yn niyohuallahuatzin.
(Para traer a éstos
del centro de la tierra, y de las cuatro partes, y para que no sea verdad que
los encanté, y convertí en otros y que dormían, y que fueron a los nueve
profundos, ni que los llevó el sueño o tinieblas. Ea aquí, que ya los vuelvo y
les quito el encanto del sueño, yo que tengo como borrachera nocturna.)
Con esto dicen queda desecho el encanto y despiertos los
encantados, y por no olvidar el demonio sus mañas, después de estas palabras
están en los papeles, in nomine domine,
en que manifiesta el demonio su ambición.
(Tomado de: Hernando Ruiz de Alarcón – Tratado de las
supersticiones y costumbres gentílicas que hoy viven entre los indios naturales
desta Nueva España. Colección 100 de México, Secretaría de Educación Pública,
México, D.F., 1988)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario