miércoles, 15 de abril de 2020

Villa y Zapata entraron a ciudad de México, 1914


El Monitor, diario de la mañana. Domingo 6 de diciembre de 1914.


Los generales Villa y Zapata entraron a la capital
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Los Ejércitos del Norte y del Sur se unirán en la calzada de la Verónica
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Ya juntos marcharán por la avenida principal hasta pasar por palacio, en donde el señor Presidente Provisional de la República presenciará el desfile
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En el público metropolitano hay una gran ansiedad porque llegue el día en que hagan su entrada a esta capital los veinticinco mil soldados que se encuentran en las afueras de la población pertenecientes al Cuerpo del Ejército del Norte.
En las avenidas principales de la urbe es donde se nota mayor animación, y gran número de familias, anticipadamente, ha estado alquilando balcones para presenciar de la manera más cómoda el desfile que se prepara.
Entrevistamos a varios jefes de la División del Norte, y todos ellos nos aseguraron que la entrada de sus tropas estaba dispuesto que fuera para el día de hoy, y que no habían recibido hasta esa hora orden en contrario. También nos dijeron que el general Francisco Villa haría su entrada al par que sus tropas.
Como decimos en otro lugar, en la ciudad de Cuernavaca se reunió la junta de generales surianos, presidida por el señor general Emiliano Zapata, el jueves y viernes de la semana pasada.
Varios señores generales surianos que entrevistamos, nos manifestaron que el general Emiliano Zapata, jefe de la División de Oriente, llegaría a esta capital el día de hoy, sin precisarse la hora, aunque se cree que la entrada del jefe del Ejército del Sur sea al mismo tiempo que la del general Villa.
Como una exhalación, pasó ante los ojos del reportero la vanguardia de esa extraña caravana, y cuál no sería su sorpresa, al ver que en el grupo que seguía después, rodeado de un gran número de generales y jefes surianos, iba el general Emiliano Zapata, jefe de la División de Oriente.
La recepción en el Palacio Municipal
El destacamento perteneciente a la División del Norte, que está de guarnición en ese pueblo, desde la entrada de la población hasta el Palacio Municipal, formó valla de honor, para hacer los honores de ordenanza al jefe suriano.
En el salón de Cabildos del Ayuntamiento, anexo al citado edificio municipal, fue donde tuvo lugar la recepción del general Zapata.
El jefe de la División de Oriente se presentó acompañado de los generales Montaño, Palafox, Pacheco y Navarro; de coronel Zabala, y los miembros de su Estado Mayor y otros muchos jefes, cuyos nombres se nos escapan de la memoria.
El general Emiliano Zapata, lucía el típico traje del "charro" mexicano, con una chaqueta de gamuza, color "beige", con bordados de oro viejo y una águila que abarcada toda la espalda; pantalón ajustado, negro, con botonadura de plata y sombrero galoneado, haciendo "pendant" con la chaquetilla.
Conferencian por teléfono los generales Villa y Zapata
Por personas bien enteradas, tenemos conocimiento de que el señor general Francisco Villa, acompañado de los miembros de su Estado Mayor, se dirigió en automóvil a la poblaciónpoblación de Mixcoac, desde donde sostuvo una interesante conversación telefónica con el general Emiliano Zapata, que fue en extremo cordial, y en ella se convino que el día de hoy ambos habían de hacer su entrada en la capital de la República, en señal de la unión que existe entre los soldados del norte y del sur.
                                        Desde Coyoacán a Xochimilco
La mancha oscura que se extendía en el camino hasta el horizonte, perdiéndose a través de los montes que vio el reportero, era una poderosa columna militar, según pudo después averiguar.
Eran dieciocho mil soldados surianos que han estado llegando procedentes del Estado de Morelos y otros puntos a Xochimilco, donde se organizaron y esperaron la llegada de su jefe, para proseguir su marcha con dirección a San Ángel.
Personas que acompañaron a la columna, nos dicen que era tan grande y tan numerosa, que cuando las avanzadas surianas hacían su entrada en el pueblo de Coyoacán, la retaguardia de la columna aún no se movilizaba en Xochimilco, y el camino entre ambas poblaciones era ocupado por el grueso de la fuerza.

(Tomado de: Labrandero Iñigo, Magdalena, et al, (coordinadores) - Nuestro México #5, La ocupación de la Ciudad de México, 1915. UNAM, México, D. F., 1983)

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