Un lugar clave entre lo imaginario y lo real, entre el pasado y el presente, es la montaña sagrada de Coatepec. Su significado procede del náhuatl: cóatl, serpiente y tépetl: cerro, Cerro de las serpientes.
Es el sitio donde surge la existencia de los mexicas; el libro tres del Códice Florentino cuenta que ahí es el escenario del nacimiento del dios Solar.
La leyenda de la diosa madre Coatlicue, quien mientras barría levantó un ovillo de pluma y la puso debajo de su vestimenta quedando preñada de quien sería el Sol: Huitzilopochtli. Tras enterarse su hija mayor Coyolxahuqui (La Luna) y sus 400 hermanos los huitznahuas (las estrellas) le dieron muerte; después de muchas peripecias Huitzilopochtli nace y sacrifica a los asesinos.
Su ubicación geográfica se contempla en Tula, Hidalgo, o en Tlaxcala, lo que hoy se conoce como Malinche; donde los sacerdotes lo ubican por la realización de sacrificios.
Es una elevación perteneciente a la cordillera Neovolcánica, actualmente poblada por chichimecas y otomíes, quienes la consideran un lugar celestial.
(Tomado de: Toledo Vega, Rafael. Enigmas de México, la otra historia. Grupo Editorial Tomo, S. A. de C. V. México, D. F., 2006)
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