(Tablero del Templo de la Cruz; Palenque, Chiapas)
Uno de los fenómenos religiosos más sobresalientes entre los indígenas mayas fue el culto a las cruces parlantes, introducido o revivido por José María Barrera durante la guerra de Castas en Yucatán., Aun cuando la relación entre la cruz foliada y el misterio indígena del agua se basaba en ideas religiosas muy antiguas, aquella devoción cobró gran popularidad cuando ese signo, grabado en un árbol, se convirtió en símbolo de la rebelión de los mayas. No se sabe si los oráculos de la cruz fueron transmitidos por individuos posesos o si desde un principio se trataba de una superchería de sacerdotes ventrílocuos, según lo afirman varios historiadores yucatecos. La cruz parlante de Chan Santa Cruz, sustituida posteriormente por otras cruces sagradas, se convirtió en un símbolo religioso y aun nacional para los cruzoob, cuya autonomía política y religiosa se sostuvo en el territorio del actual Estado de Quintana Roo durante varias décadas.
Los cruzoob (hispanismo del maya yucateco: de cruz y -oob, sufijo pluralizador) fue el nombre de los indígenas rebeldes que a mediados del siglo XIX se instalaron en las selvas de Quintana Roo y adoptaron o renovaron la antigua religión maya. Su centro político y religioso era Chan Santa Cruz. Chan es el antiguo nombre de los mayas y significa serpiente, símbolo de la fertilidad; y Santa Cruz se refería a la cruz maya, de simbolismo pagano. La tierra de los cruzoob se extendía por el sureste de la península, hasta Tulum por el norte y por el sur hasta el lago Bacalar. En 1867 contaban con unos 40 mil adeptos y se consideraban un estado independiente. Recibían cierta ayuda de los ingleses de Belice, especialmente armas modernas, a cambio del permiso de explotar las maderas de sus bosques. Según el viajero Fred Aldherre, los cruzoob no observaban la vieja religión maya, sino una mezcla de cristianismo y paganismo, centrada alrededor de la gran cruz mágica y parlante de Chan. Esta tenía su intérprete oficial, el Tata polin, y sólo ocasionalmente escribía cartas para indicar su voluntad, firmadas con tres cruces.
La cruz parlante era un culto sincrético en que se admitían ciertas ideas católicas; sin embargo, a medida que florecía en Quintana Roo, muchas ideas religiosas de los antiguos mayas, que habían sobrevivido en tradiciones, supersticiones y conocimientos transmitidos oralmente, contribuían a vitalizar a los cruzoob. Todavía en 1871 se veneraba a una cruz parlante en Tulum, y el culto no parece haber desaparecido del todo aún en época posterior. v. Enciclopedia yucatanense; S. Baqueiro: Ensayo histórico sobre las revoluciones de Yucatán desde el año 1840 hasta 1864 (Mérida, 1878); N. Reed: The Caste War of Yucatan (Stanford, 1964).
Antecedentes. Los españoles, según algunos cronistas, hallaron algunas cruces, o señales de ellas, en los adoratorios de Yucatán; esto originó la suposición de que los mesoamericanos conocían la cruz cristiana. En abono de este aserto, se han señalado las cruces y las figuras cruciformes en los tableros de Palenque, que más bien pueden considerarse como plantas de maíz estilizadas. Muchos siglos antes de la era cristiana se representaba la cruz en América, según lo demuestran la que se ve en la estatuilla de Atlihuayán, Morelo, que se conserva en Cuernavaca, y la del jaguar de Chavín, Perú. Las cruces cristianas prehispánicas han sido motivo de leyenda.
(Tomado de: Enciclopedia de México, Enciclopedia de México, S. A. México D.F. 1977, volumen III, Colima - Familia)
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