lunes, 14 de enero de 2019

Fray Toribio de Benavente, Motolinía


Nació en la villa de Benavente, Reino de León, España, entre 1482 y 1491; murió en la ciudad de México en 1569. Su verdadero nombre era Toribio Paredes. Cambió su apellido al tomar el hábito franciscano en algún convento de Extremadura, según se conjetura. Al llamarle los indígenas Motolinía (pobre o humillado), quiso llevar ese seudónimo de por vida. Es en rigor el pionero de los cronistas de Nueva España, puesto que forma parte de los doce franciscanos que arribaron al país en mayo de 1524. Fue guardián del primitivo convento de San Francisco de la Ciudad de México (1525) y de los de Texcoco (1527 y 1539-1541), Huejotzingo (1529), Cholula (1535), Tlaxcala (1530-1533, 1536-1539 y 1554-1556) y Atlixco (1551), fundado por él; visitador, defensor y juez comisario de las provincias de Huejotzingo, Tepeaca y Huaquechula (1529); fundador y trazador de la ciudad de Puebla de los Ángeles (1531), y vicario (1546) y provincial de la Orden en Nueva España (1548-1551).
 
Se enfrentó, en defensa de los indios, al Ayuntamiento de la Ciudad de México y a la Audiencia (1525-1529). Como misionero y civilizador, en su carácter de vicecomisario, sus actividades trascendieron la Nueva España, extendiéndose a Guatemala (1529-1535 y 1543-1544). A partir de 1556 se pierde misteriosamente toda huella de su vida. Murió en olor de santidad en el Convento Grande de San Francisco de México.
 
Humilde, caritativo, perseverante, activo y gran andariego, fue un profundo conocedor de las lenguas, las costumbres y la psicología de los aborígenes. Motolinía escribió unos Memoriales y una Historia de los Indios de Nueva España. Se ha pensado que los primeros eran un borrador de la segunda. Parece ser, sin embargo, que ambas obras se completan, porque hay párrafos que aparecen en una y no en otra, o que son más amplios en una de ellas. El relato abarca de 1521 a 1541 y se refiere brevemente al acontecer histórico, al régimen social y a la tarea de evangelización más que a la historia propiamente dicha; y constituye una fuente inapreciable para el conocimiento del pasado indígena, en especial para el estudio de la cuenca de México, el complejo de las culturas olmeca y nahua de la región poblana y los primeros años de la Colonia. Asimismo es un documento de gran valor para estudiar las ideas políticas españolas en América. La Historia constituye un arsenal de datos y una narración eminentemente humana. Escribió Motolinía, además, hacia 1554, una Carta al Emperador, Carlos V, que se conserva manuscrita en el Archivo de Simancas, España,  y en la que ataca directamente a De las Casas, refutándole sus teorías pacifistas acerca de la colonización en América y lanzándole una dura invectiva sobre su actuación en las Indias. Los Memoriales se conservan en copia del siglo XVI en la Latín Colecction de la Biblioteca de la Universidad de Texas, en Austin. Perteneció a Joaquín García Icazbalceta y está incluida en una compilación de documentos que llamó Libro de oro y tesoro índico, que publicó su hijo Luis García Pimentel con el título de Memoriales de Fray Toribio de Motolinía, Manuscrito de la Colección de don Joaquín García Icazbalceta (1903). Lo mismo hizo Antonio Peñafiel 1903). Fue reproducida en facsímil por Eduardo Aviña Levy (Guadalajara, 1967).
 
De la Historia de los Indios de Nueva España hay tres copias manuscritas en España, México y Nueva York, a partir de las cuales se ha editado muchas veces. Joaquín García Icazbalceta la publicó en Colección de Documentos para la Historia de México (2 vols., 1858-1866), precedida de las "Noticias de la vida y escritos de fray Toribio de Benavente o Motolinía", por José Fernando Ramírez. Se editó de nueva cuenta en Madrid (1869) y Barcelona (1914); y en México, por Salvador Chávez Hayhoe (1941), Editora Nacional (1956), Porrúa (1969) y Edmundo O'Gorman, con el título de Memoriales o Libro de las Cosas de Nueva España y de los naturales de ella. Nueva transcripción paleográfica del manuscrito original, con inserción de las porciones de la Historia de los indios de Nueva España que completan el texto de los Memoriales (México, 1971). Se ha traducido al inglés por Elizabeth Andros Foster (Berkeley, 1950) y por Francis Borgia Steck O.F.M. (Washington, 1951), con notas bibliográficas muy útiles. La Carta al Emperador se ha publicado repetidas veces: en Madrid (1805, 1852, 1857, 1867, 1873 y 1914); en México, por José María Vigil en Bartolomé de las Casas. Historia de las Indias (1877) y en  1941, 1949 y 1956 como apéndice a las ediciones de la Historia; y separadamente por José Bravo Ugarte.
 
 
(Tomado de: Enciclopedia de México, volumen II, Bajos-Colima)

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